Con la valijita del soplón, Antonini Wilson, se mantiene el asedio –política de desgaste- sobre la presidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez . En cambio con la valija que contenía 500 balas –enviada desde Nueva York a La Paz-, y la que transportó 6 detonadores nucleares –desde EE.UU. a Taiwán, para ponerlos delante de las narices de China- ningún acoso, nada de alboroto, ningún desgaste.
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